Medellín y Almendralejo
10 de septiembre 2022
MEDELLÍN
El río Guadiana ensancha sus orillas pobladas de arbolado y huertas. Los nenúfares dan color a las aguas aquietadas y un largo, elevado y robusto puente de piedra del siglo XVII con veinte arcos de medio punto, da entrada al pueblo. A la izquierda, en lo alto del cerro, los muros y las almenas del castillo, cuya historia se remonta al siglo X, se recortan contra el cielo azul del día. Medellín es la cuna de Hernán Cortés. En la plaza principal y única de la localidad que lleva el nombre del conquistador encontramos el edificio del Ayuntamiento que mira al cerro del castillo y la estatua de Hernán Cortés que mira al Ayuntamiento desde su elevado pedestal. Las calles se revuelven alrededor de la iglesia de Santa Cecilia, recia y pesada en su estructura con sus altas paredes de mampostería casi carentes de vanos y sujetas por gruesos contrafuertes. Se adivinan las sucesivas intervenciones en el edificio de esta iglesia, inconclusas o poco afortunadas, que data del siglo XVI y estilo gótico. Una torre exenta la acompaña. Pueden adivinarse sin esfuerzo las sucesivas reformas de las diferentes épocas hasta día de hoy.
Estamos en un pueblo hecho para la vida y el trabajo de sus gentes, con los establecimientos imprescindibles para cubrir las necesidades de cada día. Pero su pasado y su historia se encuentran enterrados bajo esas calles y el suelo de su plaza, a los pies de Hernán Cortés.
De ese pasado e historia nos hablan las construcciones que emergen y se enseñorean del cerro sobre el Guadiana y el pueblo. Los restos visibles del paso de Roma, cuando Medellín fuera, antes que Mérida, centro neurálgico del transporte de mercancías y comunicación de la Ruta de la Plata. Sigue leyendo