Estambul paso tras paso (VII)

museo arqueológico EstambulESTAMBUL PASO TRAS PASO (VII)
18 de mayo de 2023

La mañana de este último día de estancia en Estambul vuelve a llover a ratos. Nos servirá para llegar a la mítica estación del Oriente Exprés. El paseo a pie nos regalará el ambiente de esta parte de la ciudad siguiendo el recorrido del tranvía. Pasaremos la lado la Cisterna Basílica e iremos descendiendo deteniéndonos de vez en cuando ante los escaparates, apreciando el atractivo de algunos edificios o mirando las ofertas de algunos restaurantes.

Después de la película “Asesinato en el Oriente Exprés” (Murder on the Orient Express), en la que la sagacidad del detective Hércules Poirot consigue esclarecer el asesinato cometido en el tren durante el trayecto, según la novela de Agatha Christie, no queda más remedio que, estando en Estambul, pisar y fotografiar esta estación en la que arranca toda la historia. Lo que se ve tiene poco que ver con las secuencias que aquí se rodaron; pero ahí está, en una mañana lluviosa, aunque no envuelta las brumas de la película.

estatua1El paseo de vuelta, sin prisa, será a través de los jardines exteriores del Palacio Top Kapi, lo cual nos permitirá rememorar la visita realizada a este formidable conjunto monumental disfrutando lo más llamativo del mismo. En un breve espacio de tiempo llegaremos a las puertas del Museo Arqueológico. La lluvia arrecia. Grupos de jóvenes estudiantes se arremolinan a la entrada tratando de guarecerse en las partes cubiertas del acceso al museo. Nosotros también entraremos.

El Museo Arqueológico descubre al visitante no pocas sorpresas. Para empezar, su bella y soberbia fachada renacentista, con sus cuatro columnas elevándose sobre la escalinata principal hasta la altura del formidable frontón que sostienen sobre sus capiteles. Sigue leyendo

Estambul paso tras paso (VI)

P1240908ESTAMBUL PASO TRAS PASO (VI)
17 de mayo de 2023

Mañana lluviosa. Estambul, húmeda y rodeada de agua, amortigua sus sonidos de bazar y las conversaciones son un rumor intraducible en los tranvías apretados de gente y un vaho de alientos, ropas y paraguas empapados. Estambul amanece hermosa con su cielo gris y el brillo de sus calles bajo la lluvia. Y decidimos, cruzando bajo esa misma lluvia las aguas del Bósforo, pisar las calles del Estambul asiático. El tranvía nos dejará en Kabatas. En el puerto buscamos el barco a Kadikoy. La travesía es tranquila. Pocos viajeros, la mayoría turcos que se dirigen a sus trabajos. Las orillas de Estambul se difuminan entre la ligera niebla.

Sin prisas ni sorpresas, siguiendo su acostumbrado ritmo cotidiano, el barco arribará al puerto de Kadikoy. Como teníamos previsto visitar más tarde Uskudar, preguntamos a un empleado del barco la mejor manera de hacerlo. Aunque puede volverse por mar, decidimos probar a hacerlo con el autobús. Le agradecemos al amable empleado la información. Y desembarcamos.

IMG20230517113525Kadikoy, urbanísticamente, es una decepción. Apenas resulta destacable el pequeño núcleo antiguo, con un par de calles y dos pequeñas iglesias cristianas. Convertido este pequeño espacio en un abigarrado bazar, se recorre en poco tiempo. Luego nos adentramos en la parte moderna donde el desastre urbanístico se arremolina sobre feas avenidas trepando por las laderas de la colina y llenas de gigantescos anuncios y carteles publicitarios sobre las fachadas. Encontramos, en medio de este anodino paisaje urbano, lo más curioso del paseo en forma de toro de bronce embistiendo en una pequeña plaza circular. La escultura, lo confieso, está bellamente conseguida con un aire natural del movimiento, aunque me pareció extraño sin que haya sabido la razón de haberla ubicado allí ni qué pueda significar, si está relacionada con alguna leyenda o se deba a alguna singularidad desconocida de Kadikoy. Apenas llueve y a ratos aparece despejado. Sigue leyendo

Estambul paso tras paso (IV)

P1240363ESTAMBUL PASO TRAS PASO (IV)
15 de mayo de 2023

Hoy es día de aniversario, la conmemoración de muchos años de casados. Para celebrarlo en Estambul cogeremos el tranvía que atraviesa el puente de Gálata y nos acercaremos hasta el embarcadero. Vamos a regalarnos un paseo en barco desde Karakay hasta Eyüp tocando tierra a uno y otro lado del Cuerno de Oro en una zigzagueante travesía. El barco atracará en Kasimpasa, Fener, Balat, Kaskoy y Ayansaray. En Eyüp, donde bajamos, el funicular nos subirá hasta un mirador desde el cual podemos descubrir una amplia y bella vista de este trozo de mar que se clava en la tierra abriéndola en dos mitades curvas. El paisaje, poblado de exuberante vegetación, se extiende también acogiendo a la población que habita los barrios de Estambul. En el mirador y por todo su entorno se multiplican las tiendas de recuerdos y los restaurantes.

P1240707Bajaremos de la colina caminando por el sendero de la ladera que atraviesa un extenso cementerio entre sombras de árboles y, habiendo llegado de nuevo a Eyüp, tras recorrer su comercial calle principal muy al estilo de un bazar, pisaremos la magnífica y deslumbrante plaza de mármol del lugar bajo un sol que invita a la sombra. A un lado de la plaza y su rumorosa fuente circular se encuentra la mezquita de Eyüp Sultán con toda la historia que la acompaña desde su construcción habiendo tenido que ver con gran parte de los avatares históricos de Turquía. En su perímetro exterior se alzan ricas y ostentosas tumbas a modo de palacetes con sus jardines.

Sentados en los escalones de la plaza de acceso al interior de la mezquita, a la sombra, nos detendremos a contemplar el ir y venir variopinto de hombres y mujeres hablando en todos los idiomas y vistiendo toda clase de ropajes. Todos, sin embargo, se descalzarán, y las mujeres se cubrirán con velo, para entrar a la mezquita y rezar o hacer fotos si los visitantes son turistas, sobre todo, extranjeros. Sigue leyendo

Estambul paso tras paso (II)

ORILLAS1ESTAMBUL PASO TRAS PASO
13 de mayo de 2023

Amanece en Estambul. La luz se deja entrar por entre las cortinas de la habitación y te levanta temprano de la cama. Desde la terraza del hotel, donde se sirve el desayuno, el mar de Mármara se ve despejado y azul. Algunas gaviotas llegan hasta las barandillas de la terraza y allí se quedan, atrevidas y expectantes, por buen espacio de tiempo.

Caminando hacia Santa Sofía dejamos a la izquierda algunos de los accesos al Gran Bazar, un cementerio y, un poco más adelante, la imponente columna de Constantino el Grande o columna quemada  asegurada con aros de hierro que la refuerzan hasta sus 35 metros de altura actual. Estamos en el barrio de Sultanahmet donde se encuentran gran parte de los monumentos más representativos de Estambul. Distinguimos la Mezquita Azul, Danta Sofía COLUMNASy la Cisterna Basílica. Pero nos detendremos en el espacio que ocupó el hipódromo romano, conservado su suelo original a unos cuatro metros de profundidad y siendo visible en algunos de sus tramos. Fue iniciado en el  203 a.C. por el emperador Séptimo Severo; se trata de un monumento excepcional de 400 metros de largo y 120 de ancho, dedicado a las carreras con cuadrigas. Tenía capacidad para 30.000 personas. Según parece, con la ayuda de los fondos de la Unión Europea, hay un proyecto de excavación, recuperación y restauración de los restos arqueológicos. Ahora todo este espacio está ocupado por una magnífica plaza en la que se elevan tres columnas originales asentadas en el suelo del hipódromo. Destaca por su originalidad y antigüedad la llamada Columna Serpentina con el relieve de tres serpientes subiendo enroscadas por el fuste hasta el capitel que estaba formado por las tres cabezas de las serpientes. No pueden verse actualmente porque una se encuentra en el Museo Británico, otra en el Museo Arqueológico de la ciudad y la tercera está desparecida. La columna, de relevante belleza, se encuentra –como las otras dos de la plaza- asentada sobre el suelo original del hipódromo romano; sobresale y gana su altura de 5 metros de los 6,5 metros originales, para conmemorar la victoria de las ciudades griegas contra los persas en Platea. Fue fabricada con los cascos de más de tres mil de los soldados derrotados. Sigue leyendo

Éfeso y Kusadasi (Turquía, 2019)

Turquía:
Éfeso por Kusadasi (2019)

El barco arriba a la costa turca. La vista se abre a Kusadasi y su amplia bahía. A un lado destaca un grupo de casas iluminadas de varios colores descolgándose por la colina. Kusadasi, limpio, bien urbanizado, con su plaza de castillo o fortaleza, es una ciudad comercial volcada en los productos turísticos. Todo el centro urbano es un enorme bazar; comercios, tiendas y restaurantes preparados para acoger a los innumerables turistas llegados por mar o por tierra desde otros destinos. Kusadasi es la puerta que abre paso a la mítica ciudad de Éfeso.

Éfeso se encuentra a unos 19 kilómetros de Kusadasi. Se remontan las montañas litorales y te adentras hacia el emplazamiento de la ciudad antigua a través de una extensa y uniforme llanura. El paisaje es verde, salpicado de fronda y bosques. Un entorno de innegable belleza.

La primera sorpresa surge cuando sabes que esa ancha llanura sin cultivar fue antes un espacio dominado por el mar y las olas del Egeo. Los terremotos y el arrastre fluvial colmataron la amplia bahía y el mar se retiró; el carácter salino de esta plataforma que llega hasta Éfeso hace imposible su cultivo. Sigue leyendo

Turquía en el recuerdo (IV) De Capadocia a Aspendos y Antalya

TURQUÍA
Marzo de 2008

Por la Ruta de la Seda hasta Aspendos y Antalya

Soplaba el viento con fuerza en Capadocia y resultó imposible vivir la experiencia de volar en globo al amanecer. Iniciamos el viaje hacia Antalya a través de unos largos 600 kilómetros atravesando la ciudad de Konya y los montes Taurus que, al noroeste, atravesará el río Eúfrates. El día es complicado por el viento cargado de arena que azota sobre la extensa llanura y barre la carretera, dificultando la visibilidad. Un accidente grave de un autobús y un turismo delante de nosotros con dos muertos. Y nieva en el paso de los montes Taurus a 1.825 metros de altura. Casi doce horas de de un viaje que resultó complicado y cansado por la arena, el viento, la lluvia y la nieve, con la peor parte del accidente mencionado. En medio de todo ello, la visita al Caravasar de el Sultanhari, lo que sería una posada de reposo para las caravanas que hacían la Ruta de la Seda.

Una vez llegados al hotel Dedeman, en la bahía de Antalya, es la hora de relajarse y tomar un gratificante baño.

Aspendos, a unos 50 kilómetros de Antalya, nos espera al día siguiente con la sorpresa y el regalo de sus restos arqueológicos. En la ciudad romana sobresalen el acueducto –con una longitud de 850 metros y su altura original, y el teatro con capacidad para unas 15.000 personas, tal vez, según dicen, el mejor conservado de toda Asia Menor. La verdad es que la acústica resulta perfecta y sus graderíos y escenario se alzan con sobria majestad. Esta imponente obra arquitectónica estaba dedicada a las divinidades romanas y a la familia imperial. El acueducto aseguraba, a su vez, un abastecimiento suficiente y seguro a la ciudad de Aspendos.

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Turquía en el recuerdo (III) Capadocia, en el corazón de Anatolia central

TURQUÍA
Marzo de 2008

CAPADOCIA, en el corazón de Anatolia central

Atravesamos el valle de Konya, tal vez el más grande y ancho de Turquía, en dirección a Aksaray. Los pueblos se mimetizan con el paisaje y su color arenoso, azotados por el viento en la extensión interminable de campos salpicados de rebaños de ovejas con su pastor y su burro, acompañados de los perros. Se distingue, al fondo, la línea montañosa entre la neblina y la presencia de un volcán nevado que supera los 3.800 metros de altitud. La carretera se abre paso por rectas interminables que recorren los camiones con su pesada carga hacia Ankara o hacia el Mar Negro. El fuerte viento arrastra nubes de polvo y plásticos. Las construcciones de adobe se cubren con tejados de cañas y arena. Todo ello conforma la visión de un paisaje duro y áspero en el que la vida no parece fácil.

Sobrepasada la ciudad de Aksaray llegamos a la ciudad subterránea de Kaymakli, excavada hace más de 1.700 años. La ciudad está conformada por un conjunto laberíntico de pasadizos, habitaciones, iglesias, pozos de agua, cocinas, respiraderos, almacenes y cementerio. Fácil de defender. La temperatura media en el interior de unos 9 grados durante todo el año, contrasta con la del viento cálido del exterior que lo envuelve todo en nubes de polvo.

A lo largo del camino hacia Ürgüp se continúan las casas, e incluso fortalezas, construidas en la roca. Estamos en mitad de Capadocia y a unos 1.800 metros de altitud.

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Turquía en el recuerdo (II).-Konya

TURQUÍA
Marzo de 2008

KONYA

Nos disponemos para viajar a Konya, a unos 400 Km de Antalya. El paisaje se ve salpicado de casas a medio construir, almacenes de materiales, algunas antenas de televisión, placas solares y escombreras. A los lados de la carretera, algunos puestos de frutas, plátanos, algarrobas y –sobre todo- muchas naranjas. Se suceden los cruces señalizados con semáforos para entrar a los pueblos en los que destacan los estilizados minaretes de las mezquitas. La carretera está bien asfaltada y el tráfico de coches modernos, autobuses y camiones, es constante en la travesía del ancho y feraz valle recorrido por distintos ríos.

Abandonado el valle, iniciamos una ascensión prolongada hacia la cordillera poblada de pinos. Se suceden los puestos de venta a las orillas de la carretera con productos artesanales, frutos secos, miel y –siempre- las naranjas. La ascensión va ofreciendo la variación del paisaje en el que van desapareciendo los pinares para dar paso a la roca desnuda de caliza y el sotobosque, con cumbres que cubren la nieve y pueblan las jaras, los madroños y los brezales por encima de los 1.825 metros de altura que escala la carretera.

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Turquía en el recuerdo (I).- Perge

TURQUÍA
Marzo de 2008

PERGE

Rememorar un viaje de hace once años corre el riesgo de pasar por alto sucesos significativos, olvidar detalles o deformar los recuerdos; pero  se justifica por la simple necesidad de recrear –grosso modo- la experiencia vivida y pasear por las evocaciones que nos traen las fotografías. Al efecto he podido contar –además de con mi corta memoria- con las notas tomadas sobre el viaje por los amigos Karmele y Fermín Barceló a los que acompañamos Agurtzane y yo en este periplo, de tal manera –justo es reconocerlo- que casi me he encontrado todo el trabajo ya hecho.

Así que, puestos a ello, empecemos por el viaje de noche en coche desde Bilbao a Madrid para coger el vuelo a Turquía. Era un 20 de marzo de 2008. A las tres de la tarde tomamos tierra en Antalya, la Riviera Turca. En seguida se organiza el grupo del viaje y se presenta el guía, Rafy, de natural charlatán, afable, músico y con el temario del viaje bien aprendido. Ya instalados en un hotel grande, moderno y confortable de las afueras, se nos atiende con amabilidad, copa de champán, cena y frutas variadas en la habitación

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